La base principal del proyecto cultural de , candidata a la Presidencia por la coalición Sigamos haciendo historia, es “garantizar el ejercicio de los derechos culturales”, lo ha señalado la senadora Susana Harp, quien junto con la actriz y cantante Regina Orozco y la diputada Ana Francis Mor, son los rostros más visibles, aunque no definidos ni definitivos, del equipo encargado de la propuesta cultural en su campaña presidencial. Justo esa indefinición de la cabeza principal del equipo para cultura —donde no deja de tener presencia Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica— es parte de la improvisación y las promesas “desproporcionadas” del proyecto que busca continuar la llamada.

El 1 de marzo, en su arranque de campaña, Claudia Sheinbaum citó las cinco —de 100 acciones— que propone en materia cultural y que agrupó en “República lectora y cultural”: Ampliar los semilleros creativos para la construcción de la paz y construir algunas universidades dedicadas a las artes; generar las condiciones para que los artistas de México puedan desarrollar su actividad y reciban una remuneración justa por su trabajo con seguridad social.

Así como promover el acceso a la cultura en todos los ámbitos, impulsar el reconocimiento de la grandeza cultural de México y la recuperar la memoria histórica, apoyando el rescate y el cuidado del patrimonio nacional. Además de promover círculos de lectura en todos los ámbitos: educativo, laboral, redes de librerías, bibliotecas populares, ferias del libro y mediante la producción de libros a bajo costo y bibliotecas digitales de libre acceso.

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Sólo cinco de las 100 acciones que la candidata de la coalición Sigamos haciendo historia propuso, están enfocadas en la cultura.

Cinco acciones que combinan programas de la Ciudad de México que impulsó o fortaleció Sheinbaum durante su gobierno, como los Pilares y las Fábricas de Artes y Oficios; y programas federales de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, como los semilleros creativos, que sobrevivó de aquella gran apuesta de Cultura Comunitaria, y el trabajo de fomento a la lectura en la que Paco Ignacio Taibo II llama “República de Lectores”.

Sin embargo, estas cinco acciones citadas por la candidata tienen como marco esencial los derechos culturales de los que siempre habla Sheimbaum y que el investigador y analista cultural y legislativo Arturo Saucedo cuestiona al señalar que justo “en derechos culturales, Claudia Sheinbaum está reprobada. No puede hablar de derechos culturales ni de derechos constitucionales porque ella es una violentadora serial de los derechos culturales y laborales del sector cultura”.

El gestor cultural y curador apunta que las propuestas de Sheinbaum son improvisadas e inviables, “lo que veo es que es pura simulación, pura mentira y no hay duda que va a haber más de lo mismo”. Agrega que no se necesita ser un genio para considerar que “si pones los mismos ingredientes y la misma receta, te va a dar el mismo guiso; es decir, el mismo desastre, la misma devastación, la incapacidad de elaborar una política cultural, de realmente dirigirse con principios constitucionales, con derechos fundamentales. Lo que veo es que el desastre está a la vista”.

Su programa cultural propuesto aún está inacabo y pendiente, como pendiente están los encuentros con la comunidad cultural. El martes de esta semana, la candidata se reunió con miembros de la comunidad académica y científica en el Palacio de Minería. Con la comunidad cultural simpatizante sostuvo una reunión el 14 de agosto de 2023, en el espacio cultural La Nana, pero fuera de ese encuentro sólo hubo otro organizado por Paco Ignacio Taibo, el 18 de agosto de 2023, en un salón de fiestas para integrar el “Plan nacional de cultura 2024-2030” a iniciativa, dijo el funcionario e ideólogo de la 4T, del Consejo Nacional de Morena. Pero ninguna que haya sido más abierta e inclusiva.

Gerardo Ochoa Sandy, también analista cultural, señala: “Si asumimos, aunque no sea cierto, que Claudia Sheinbaum todavía es la candidata del sector cultural de izquierda, arrancó con tropiezos, tarde y mal. En La Nana advirtió a sus bases que había otras prioridades antes que la cultura. La candidata causó más confusión pues nombró a Regina Orozco como ‘coordinadora’ con la comunidad cultural, luego la convirtió en ‘enlace’ con la propia comunidad y apareció Ana Francis Mor como su vocera y de la candidata a la CDMX Clara Brugada: para los debates, la línea dura”.

En ese análisis coincide Arturo Saucedo, quien señala que no ha habido ninguna reunión abierta del equipo de Sheinbaum en la que encaren directamente a las comunidades culturales, “ellos saben que la comunidad cultural está molesta por las políticas culturales, ellos saben que están molestos con la política cultural de la Ciudad de México y con la política cultural federal; entonces, en la medida en que se esconden Orozco, Harp, Mor y Taibo, ¿cuál es el diálogo? Son reuniones controladas”.

El periodista, escritor y diplomático Ochoa Sandy va más allá y señala que cuando la senadora Susana Harp comenzó a ocuparse de las consultas, parecía una primera señal de cordura, solo que en el arranque de su campaña Claudia Sheinbaum “decidió confirmar que no sabe ni le interesa el tema de Cultura. Llamó ‘República lectora y cultural’ a cuatro fracasos y a una obviedad. Los ‘semilleros creativos’ apenas han llegado a 297 municipios, cuando se prometió abarcar los 729 de más alto riesgo para 2019 y los dos mil 446 del país para 2024”.

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Avances nulos y burlas

Patricia Chavero, integrante del Grecu e investigadora de artes escénicas y gestión cultural, cuestiona la falta de propuestas y en particular ese giro que le han dado a las acciones propuestas en materia de cultural, que no son culturales sino sociales. “Hay un cambio, un giro en la concepción del arte, el arte como un fin en sí mismo y es un arte como medio para articular otros objetivos, en este caso el de educación, el arte como una herramienta que ayuda a apropiarse de los contenidos. Es un giro que viene desde esta corriente que llamamos Epistemologías del Sur, del sur global. A la izquierda y desde el Sur”, afirma Chavero.

En ese sentido, dice la maestra de la Ibero, hay un consenso en que la cultura es un capítulo por atender y “una deuda de parte de la Cuarta Transformación es la agenda de Cultura y también lo que lo que podríamos llamar el sistema de las artes. Los agentes van por un lado y la política pública en un marco más grande de Gobierno no ha logrado comunicar para qué sería el arte y la cultura en la construcción de otra noción de nación incluyente, no clasista, no sexista, no discriminatoria y que recupere los saberes locales”.

Arturo Saucedo va más allá y asegura que quieren darle continuidad a esta forma de hacer cultura sin escuchar, pues piensan que están en una autocracia y son incapaces de revisar sus propias acciones. “Claudia apuesta por la República de lectores, ya vimos que no sirve y ahora lo vuelven a prometer para los siguientes seis años, y está condicionado a que acepte el señor Taibo. La verdad esto me huele a que, primera, para Sheinbaum y su equipo no hay ninguna importancia para la cultura; segunda, no tienen ni siquiera un viso de elaborar una política cultural; tercera, son incapaces de evaluar y confrontarse con lo ya hecho y corregirlo; y cuarta, en esa impunidad con la que manejan van a repetir lo que ya hicieron o van a ir para peor”.

Para Gerardo Ochoa Sandy, lo que prometieron no lo hicieron. “La remuneración justa y la seguridad social la prometió Alejandra Frausto desde 2019 y los avances son nulos, una burla. El rescate del patrimonio cultural, luego de la destrucción ocasionada por el Tren Maya, es otra burla. La Estrategia Nacional de Lectura fracasó, tal como lo prueba el más reciente reporte del MOLEC. ¿La cultura es un derecho? Está en la Constitución desde 2009. Que alguien le explique”. Señala incluso que Taibo II hizo también su consulta. “De la digital no reportó resultados. La presencial fue una asamblea bolchevique en un salón de fiestas”.

Chavero apunta que al interior de Morena hay una lucha, “la misma Claudia, Sheinbaum aunque tiene a este grupo trabajando desde julio y generó el Diplomado de la cultura y las artes en la transformación, en su anuncio menciona a Taibo, pero las que han encabezado el proyecto son Teresa Zacarías y Tania Mena”.

Rumbo a las elecciones, Claudia Sheinbaum basa su campaña en lo hecho en la Ciudad y puesto así no ofrece nada, asegura Saucedo. “Esa falta de evaluación y conciencia de lo ya hecho me preocupa mucho porque es un escenario de cinismo político, de borrón y cuenta nueva, de no pasó nada, y la realidad es que hay una devastación tremenda de la cultura. Confundieron el espectáculo con la cultura”.

Si lo hecho en la ciudad es la base de campaña de Claudia Sheinbaum, la situación es grave porque durante su gestión tuvo tres secretarias y un secretario de Cultura, dice Saucedo, que no lograron elaborar una política cultural, y todo fue pura inspiración, improvisación y negocio. Eso lo lleva a concluir: “Hay una devastación y todo lo que prometieron quedó o en el olvido o quedó traicionado y eso es lo que ahora prometen”.

Acciones culturales

  • Ampliar los semilleros creativos para la construcción de la paz y construir algunas universidades dedicadas a las artes.
  • Generar las condiciones para que los artistas de México puedan desarrollar su actividad y reciban una remuneración justa por su trabajo con seguridad social.
  • Promover el acceso a la cultura en todos los ámbitos.
  • Impulsar el reconocimiento de la grandeza cultural de México y la recuperación de la memoria histórica, apoyando el rescate y el cuidado del patrimonio nacional.
  • Promover círculos de lectura en los ámbitos: educativo, laboral, redes de librerías, bibliotecas populares, ferias del libro y mediante la producción de libros a bajo costo y bibliotecas digitales de libre acceso.
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